“En el futuro, eliminaremos el alma con medicina. Con el pretexto de un ‘punto de vista saludable’, habrá una vacuna mediante la cual el cuerpo humano será tratado lo antes posible directamente al nacer, para que el ser humano no pueda desarrollar el pensamiento de la existencia del alma y del Espíritu. A los médicos materialistas, se le encomendará la tarea de sacar el alma de la humanidad. Como hoy, las personas se vacunan contra esta o aquella enfermedad, así en el futuro, los niños serán vacunados con una sustancia que se puede producir precisamente de tal manera que las personas, gracias a esta vacunación, serán inmunes a ser sometidas a la “locura” de la vida espiritual. Sería extremadamente inteligente, pero no desarrollaría la conciencia, y ese es el verdadero objetivo de algunos círculos materialistas. Con tal vacuna, fácilmente puede hacer que el cuerpo etérico se desate del cuerpo físico. Una vez que el cuerpo etérico se separa, la relación entre el universo y el cuerpo etérico se volvería extremadamente inestable y el hombre se convertiría en un autómata, porque el cuerpo físico del hombre debe ser pulido en esta Tierra por voluntad espiritual. Entonces, la vacuna se convierte en una especie de fuerza arimánica; el hombre ya no puede deshacerse de un sentimiento materialista dado. Se vuelve materialista de constitución y ya no puede elevarse a lo espiritual.” —Rudolf Steiner (1861-1925)