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(CRN FEB 1 2019) Aunque la mayoría de los servicios sismológicos de Occidente siguen tercamente resistentes y vehemente opuestos ante la noción de poder predecir terremotos antes de que sucedan, esto ya ha sido demostrado en tiempo reciente. Con el mantra alucinante y repetitivo de ‘Los terremotos no se pueden predecir’, ‘los expertos’ se están quedando atrás mientras otras naciones como Italia, Chile, Estados Unidos y China avanzan hacia la predicción de terremotos.
Este episodio se concentra en la nación roja y la fascinante historia de cómo en China, gracias a la implementación de estudios detallados del comportamiento de los animales y otras señales, se logró salvar la vida a cientos de miles de chinos cuando ocurrió el Gran Terremoto de Haicheng.
La era moderna de la predicción científica de terremotos comenzó, quizás, a mediados y finales de los años setenta. En el invierno de 1975, los funcionarios chinos ordenaron la evacuación de la ciudad de Haicheng (una población de aproximadamente 1 millón) en la provincia de Liaoning, en el noreste de China, según informes de científicos y observadores laicos en una amplia región de observaciones inusuales. Entre ellas, observaciones detalladas y plenamente documentadas de más de 4 años del comportamiento de la población de animales en el país, y de la región, además de un estudio de la historicidad sísmica de la zona en los últimos dos mil años.
Cuatro meses previos al terremoto, se informaron de cambios en la elevación de la tierra, los niveles de agua subterránea, manantiales y pozos de agua se hicieron turbios, la exaltación de los animales en aumento exponencial hasta el día previo al terremoto, y otros posibles precursores sísmicos. Un aumento regional en la sismicidad (que más tarde fue reconocido como precuelas o precursores en enjambre) había provocado una alerta de bajo nivel. Posteriormente, un aumento en la actividad de sismos precursores detonó la alarma y la orden de la evacuación de la población.
El terremoto azotó la región días después de las señales y tras la evacuación de cientos de miles de habitantes. Finalmente, el 4 de febrero de 1975, Hiacheng fue sacudida por un terremoto colosal de magnitud M7.3. Las lesiones físicas y la muerte afectaron solo a una pequeña fracción de la población total; murieron 2,041 personas y 27,538 resultaron heridas. Se estimó que el número de víctimas mortales y lesiones habría superado los 150,000 si no se hubieran realizado predicciones de terremotos y evacuación.
Alex Backman comparte esta historia en la serie ‘Los Animales Saben’ y expone las razones por las cuales debemos prestar atención a los amigos del hombre y otras especies además de otras señales precursoras previas a un terremoto para así poder salvar vidas y nos sufrir las consecuencias devastadoras de el siguiente gran terremoto. No es cuestión de que si va a suceder o no un Mega Terremoto de Ruptura Total (MERUTO) en México y otros puntos en el mundo, sino cuándo. Es nuestra responsabilidad tomar conciencia y crear los mecanismos idóneos para poder ganarle al terremoto, no por segundos sino semanas o meses de anticipación.
A pesar del éxito de China en predecir terremotos por este medio, lamentablemente, la USGS de los Estados Unidos descarta la posibilidad de poder usar a los animales para tal efecto, alegando que porque el siguiente año del terremoto de Haicheng, hubo otro gran terremoto, el sismo M7.6 que devastó la ciudad de Tangshan el 28 de julio de 1976. El terremoto cobró la vida de 250 mil personas y dejó 164 mil lesionados. La USGS envió científicos a China para estudiar la predicción del terremoto de Haicheng y concluyeron que se debió a la serie de sismos precursores y que, según ellos, ‘los otros aspectos de la metodología usada eran más difíciles de evaluar’. Claramente, la USGS no descarta el hecho de que los animales pueden predecir los temblores, simplemente dice que les es difícil evaluarlo a pesar de que existen evidencias voluminosas de lo que logró el gobierno chino en los años 70s.