“Soy el último, más cercano a la zona cero (a 800 metros del hipocentro), sobreviviente vivo de la bomba atómica de Hiroshima de agosto de 1945. Muchas de las decenas de miles de víctimas fallecieron trágicamente por no saber cómo protegerse de los efectos únicos de destello de una bomba nuclear, explosión y la radiación. Como ciudadano que vive en la parte central de los Estados Unidos en América hoy, veo una vulnerabilidad inquietantemente similar cada vez mayor entre la población en general aquí desde que la Defensa Civil se suspendió después de la era de la Guerra Fría en los tiempos de Reagan. Las ‘Buenas noticias sobre una destrucción nuclear’ es que, si todos los estadounidenses fueran entrenados nuevamente en los conceptos básicos de Defensa Civil sobre qué hacer y qué no hacer si se desataran nuevamente armas nucleares, podríamos hacer que instantáneamente todas las armas nucleares sean 90% menos letales. Idealmente, aunque me gustaría ver un mundo libre de armas nucleares algún día, mientras tanto, todos deberíamos abrazar el rejuvenecimiento de la Defensa Civil pública para minimizar en gran medida su letalidad “.-Toshiharu Kano, autor japonés-estadounidense de tercera generación, autor de Passport to Hiroshima.
Enseñar estrategias y tácticas prácticas de defensa civil familiar nuclear es vital hoy en día
(CRN FEB 27 2022) El movimiento de desarme durante décadas ha dicho que con armas nucleares; todos morirán o será tan terrible que desearás morir. La mayoría se lo ha tragado, pensando ya que es inútil, o no tiene caso sobrevivir un ataque nuclear, que los que quieren ser resilientes están al borde de la locura por querer aprender a sobrevivir a una explosión nuclear y la lluvia radioactiva que le acompaña.
Desafortunadamente, la mayoría de los funcionarios de gobierno también lo creen, ya que están enfocados en #1- Interdicción, y # 2- en algo que se llama COG en inglés, (Continuity Of Government) o Continuidad del Gobierno en caso de que la primera opción falle, y han ignorado en gran medida la opción #3 – Entrenamiento de Defensa Civil de la población, por lo que podrían estar mejor preparados para salvarse desde el primer segundo que se dé el destello de una explosión nuclear.
Por ejemplo, la mayoría de la gente ahora se burla de el lema en inglés de ‘Duck and Cover‘ (‘agáchate y cúbrete’), pero para la gran mayoría, no para los que están en la ‘zona cero’, ya que no sobrevivieron, la onda expansiva se retrasará en llegar después del brillante destello nuclear, igual que un relámpago y un trueno, pudiendo tardar desde una fracción de segundo hasta 20 segundos o más.
Regla #1: ¡Nunca veas un destello de una bomba nuclear!
Regla #2: Nunca corras a una ventana después de un destello brillante de una explosión, ‘¡agáchate y cúbrete’!
Hoy, sin el entrenamiento de ‘agáchate y cúbrete’, todos en el trabajo, el hogar y sus hijos en la escuela, se apresurarían impulsivamente para correr a las ventanas más cercanas para ver qué fue ese ‘destello brillante’, sin saber que serán destrozados segundos después por el vidrio implosionándose hacia adentro por la onda expansiva que le sigue al flashazo nuclear. No se les ha enseñado, que incluso al aire libre, simplemente echarse pecho tierra reduce ocho veces las posibilidades de ser golpeados por los escombros de esa breve explosión de fuerza de tornado de 3 segundos.
Luego, más tarde, antes de que la lluvia radioactiva pueda dañarlos, la mayoría de los que están a favor del viento no sabrán moverse perpendicularmente lejos de la corriente de viento que transporta la lluvia radioactiva y salir de debajo de ella antes de que llegue. Y, para aquellos que no pueden evacuar a tiempo, pocos saben lo rápido y fácil que es armar un refugio de lluvia radioactiva conveniente, para resguardarse y esperar con seguridad la lluvia radioactiva, ya que pierde el 99% de su intensidad letal en las primeras 48 horas.
La mayor tragedia de esa horrible pérdida de vidas, cuando las armas nucleares lleguen a Estados Unidos, o caigan en los paises vecinos como Canadá o México, será que la mayoría de las familias perecieron innecesariamente, por ignorancia de la facilidad con la que podrían haber evitado convertirse en víctimas o daño colateral, todo porque malamente pensaron que es inútil intentarlo. no tiene caso aprender la habilidad o aptitud
Hoy, sin el entrenamiento de ‘agáchate y cúbrete‘, todos en el trabajo, el hogar y sus hijos en la escuela, se apresurarían impulsivamente para correr a las ventanas más cercanas para ver qué fue ese ‘destello brillante’, sin saber que serán destrozados segundos después por el vidrio implosionándose hacia adentro por la onda expansiva que le sigue al flashazo nuclear. No se les ha enseñado, que incluso al aire libre, simplemente echarse pecho tierra reduce ocho veces las posibilidades de ser golpeados por los escombros de esa breve explosión de fuerza de tornado de 3 segundos.
Luego, más tarde, antes de que la lluvia radioactiva pueda dañarlos, la mayoría de los que están a favor del viento no sabrán moverse perpendicularmente lejos de la corriente de viento que transporta la lluvia radioactiva y salir de debajo de ella antes de que llegue. Y, para aquellos que no pueden evacuar a tiempo, pocos saben lo rápido y fácil que es armar un refugio de lluvia radioactiva conveniente, para resguardarse y esperar con seguridad la lluvia radioactiva, ya que pierde el 99% de su intensidad letal en las primeras 48 horas.
La mayor tragedia de esa horrible pérdida de vidas, cuando las armas nucleares lleguen a Estados Unidos, o caigan en los países vecinos como Canadá o México, será que la mayoría de las familias perecieron innecesariamente, por ignorancia de la facilidad con la que podrían haber evitado convertirse en víctimas o daño colateral, todo porque malamente pensaron que es inútil intentarlo. no tiene caso aprender la habilidad o aptitud de prepararse de antemano y saber QUÉ HACER EN CASO DE QUE UN ATAQUE NUCLEAR SEA INMINENTE.
¡Las buenas noticias sobre la destrucción nuclear!
En la guía se disipan esos mitos fatales de la imposibilidad de poder sobrevivir un evento nuclear, lo que permite a las familias estadounidenses y residente fronterizos sobrevivir mejor a las armas nucleares. ¡Mientras existan las armas nucleares, estos conocimientos que salvan vidas son esenciales para la sobreviviencia de todas las familias!
Y, como beneficio adicional, los equipos de primera respuesta de todas nuestras naciones serían mucho más efectivos cuando haya decenas o cientos de miles menos de víctimas de explosiones nucleares y radiación con las que tengan que lidiar más adelante.
El gobierno debe estar a la cabeza para hacer llegar esta información a todos, ya que salvará muchas más vidas que duplicar el número de muertos y la financiación de los equipos de primeros auxilios. Sobrevivir un ataque nuclear sí es posible.
¿Qué posibles ‘buenas noticias’ podría haber sobre la destrucción nuclear que llega a Estados Unidos, ya sean bombas sucias, armas nucleares terroristas o misiles balísticos intercontinentales lejanos?
En una palabra, todos son sobrevivibles para la gran mayoría de las familias estadounidenses, SI saben qué hacer de antemano y han hecho incluso los preparativos más modestos.
Trágicamente, sin embargo, la mayoría de los estadounidenses hoy en día no dan mucho crédito a estas buenas noticias, y mucho menos buscarán instrucciones tan vitales para salvar vidas, ya que han sido aclimatados por mitos omnipresentes de nuestra cultura sobre la imposibilidad de sobrevivir un evento nuclear.
La mayoría de la gente piensa que, si se detonan armas nucleares, todo el mundo va a morir, o será tan terrible que desearían haberlo hecho. Por eso escuchas comentarios tan absurdos como; “Si sucede, espero estar en la zona cero e irme rápido”.
Esta actitud derrotista nació cuando el movimiento de desarme ridiculizó cualquier alternativa competitiva a su agenda de prohibición de bombas atómicas, como la Defensa Civil. Los activistas querían que todos pensaran que no habría sobreviviente alguno a las armas nucleares, el desarme era su única esperanza. Las sólidas estrategias de Defensa Civil de los años 50, 60 y 70 han sido ridiculizadas por ser en gran medida ineficaces o, en el peor de los casos, como una broma cruel. Desde el supuesto final de la Guerra Fría en los años 80, la mayoría de los estadounidenses no veían la necesidad de prepararse ni creían que la preparación haría algún bien. Hoy, con las crecientes perspectivas de terrorismo nuclear y el ruido de sables nucleares de naciones rebeldes, vemos surgir entre el público un miedo paralizante o una negación irracional. La gente ni siquiera puede comenzar a imaginarse en preparaciones efectivas para sobrevivir un ataque nuclear algún día. Piensan que es totalmente inútil
Irónicamente, el legado de los activistas a favor del desarme, independientemente de su noble intención, ha hecho que millones de estadounidenses sean aún más vulnerables a morir a causa de las armas nucleares en el futuro.
La mayor sorpresa para la mayoría de los estadounidenses, desde el primer destello de una bomba nuclear, es que seguirán aquí, aunque mal equipados para sobrevivir por mucho tiempo, si no saben qué hacer, y qué no hacer, de antemano desde ese primer segundo del destello inicial en adelante.
Por ejemplo, muchos podrían sobrevivir fácilmente a la onda expansiva que le sigue con la vieja táctica de ‘¡Agáchate y cúbrete!’, y esa es una muy buena noticia, SI supieran hacerlo en cuanto aparece el destello. Desafortunadamente, la mayoría no lo hace, y aún menos saben cómo sobrevivir más tarde a la lluvia radioactiva que se avecina, que eventualmente podría matar muchas veces más que la explosión. Sin embargo, todavía hay más buenas noticias posibles, ya que más del 90% de esas posibles víctimas de la lluvia radioactiva también son evitables, SI la población fuese capacitada previamente a través de un agresivo programa educativo nacional de Defensa Civil. Las medidas sencillas que se toman inmediatamente después de una detonación nuclear, por parte de una población previamente capacitada, pueden evitar la muerte y las lesiones agonizantes provocadas por la exposición a la radiación.
“Si esas bombas [nucleares] explotan, no habrá una puta Constitución”. -Agente del FBI
El Escenario de Planificación Nacional # 1, un estudio interno originalmente confidencial de 2004 realizado por el Departamento de Seguridad Nacional (DHS – National Planning Scenarios), examina los efectos de una bomba nuclear terrorista detonada en Washington, DC. Descubrieron que una bomba nuclear de 10 kilotones, aproximadamente 2/3 del tamaño de la bomba de Hiroshima, detonada a nivel del suelo, provocaría unas 15 mil muertes inmediatas y otras 15 mil víctimas por la explosión, el destello térmico y la liberación inicial de radiación.1 Por más horrible que sea, e incluso sin el ‘Agáchate y cúbrete’, la sorprendente revelación aquí es que más del 99% de los residentes en el área de Washington DC habrán presenciado y sobrevivido a su primera explosión nuclear. Claramente, la buena noticia es que la mayoría de la gente sobreviviría a esa explosión inicial.
“Los islamistas radicales no dudarían en intentar utilizar un arma nuclear o biológica para decapitar al gobierno estadounidense”. — Funcionario de EE.UU.
Sin embargo, ese estudio también determinó sobriamente que hasta otras 250 mil personas pronto podrían estar en riesgo de dosis letales de radiación de la lluvia radioactiva que se desplaza hacia ellos a través del viento después de la explosión. (Otro estudio, publicado en agosto de 2006 por Rand Corporation, analiza una bomba nuclear terrorista de 10 kilotones que llega en un contenedor de carga y explota en el puerto de Long Beach, California. Se estima que más de 150 mil personas están en riesgo a favor del viento debido a la lluvia radioactiva, de nuevo muchos más que los de la explosión inicial.2 )
La buena noticia aquí es que estas cifras mucho mayores de víctimas por lluvia radioactiva también se pueden evitar en gran medida, solo se aplica a las personas previamente capacitadas por un programa de Defensa Civil que consiste en saber qué deben hacer antes de que llegue.
Hoy, sin ningún programa de Defensa Civil significativo, millones de familias estadounidenses y residentes fronterizos en Canadá y México siguen en riesgo y podrían morir innecesariamente por la falta de los conocimientos esenciales que solían enseñarse en la escuela primaria hace 70 años.
La población en general, las empresas y todas las escuelas de nuestros niños, necesitan urgentemente ser instruidos nuevamente en los conceptos básicos de Defensa Civil. Por ejemplo, cómo la mayoría pueden salvarse empleando inmediatamente la táctica de ‘Agáchate y cúbrete’, en lugar de simplemente permitir una reacción impulsiva de correr a las ventanas más cercanas para ver qué es ese ‘destello brillante’ en el otro lado de la ciudad o afuera de la costa, justo a tiempo para ser destrozados por el vidrio implosionándose hacia adentro por esa explosión retardada en forma de onda de choque.
La mayoría tampoco sabe, que incluso cuando uno está al aire libre, simplemente acostado, reduce uno en ocho veces las posibilidades de ser golpeado por los escombros de esa breve onda de choque de tres segundos de duración con la de fuerza de un tornado que, al igual que como un rayo y un trueno, podría retrasar su llegada entre un par de segundos y hasta dos minutos después de ese destello inicial.
¿Recuerdan la explosión aérea de un meteorito/asteroide en Chelíabinsk Rusia en febrero de 2013? Mil quinientas personas resultaron heridas, la mayoría por la onda expansiva retardada que hizo estallar tres millones de cristales de las ventanas en la región, mientras exploraban ansiosamente el cielo invernal tratando de ver qué era y de dónde provenía el destello inicial cuando ingresó porl a atmósfera el bólido de fuego. Este testimonio nos ayuda a entender los efectos.
“Una maestra de cuarto grado en Chelíabinsk, Yulia Karbysheva, fue aclamada como una heroína después de salvar a 44 niños de cortadas de vidrios producidas por la implosión de las ventanas. A pesar de no saber el origen del intenso destello de luz, Karbysheva consideró prudente tomar medidas de precaución al ordenarle a los alumnos a que se mantuvieran alejados de las ventanas de la sala y realizaran una maniobra de agacharse y cubrirse. Karbysheva, que permaneció de pie, resultó gravemente lacerada cuando llegó la explosión y el vidrio de la ventana le cortó un tendón en uno de sus brazos; sin embargo, ninguno de sus estudiantes, que ella ordenó esconderse debajo de sus escritorios, sufrió cortes “. 3
‘Agáchate y cúbrete’, aunque poco apreciado por la mayoría de los ciudadanos, se conoce desde hace mucho tiempo como un salvavidas simple y eficaz de una onda expansiva, incluso desde las explosiones de Hiroshima (15 KT) y Nagasaki (22 KT) en agosto de 1945.
“Según el libro Hiroshima de 1946, en los días entre los bombardeos atómicos de Hiroshima y Nagasaki en Japón, un policía de Hiroshima fue a Nagasaki para enseñar a la policía a agacharse después del destello atómico. Como resultado de esta advertencia oportuna, ni un solo policía de Nagasaki murió en la explosión inicial. Desafortunadamente, la población en general no fue advertida del peligro de calor / explosión después de un destello atómico debido a la naturaleza desconocida de la bomba. Muchas personas en Hiroshima y Nagasaki murieron mientras buscaban en los cielos la fuente del destello brillante.” 4
Robert Trumbull, corresponsal de guerra del New York Times en el Pacífico y Asia, 1941-79 que había estado en Iwo Jima, documentó más supervivientes al doble bombardeo nuclear en su libro de 1957 ‘Nine who Survived Hiroshima and Nagasaki’: Personal Experiences of Nine Men who Lived through both Atomic Bombings 5. Dos de sus experiencias y sus edades el 9 de agosto de 1945:
Tsutomu Yamaguchi, de 29 años, diseñador de barcos de Mitsubishi que murió en 2010, a los 93 años (Trumbull págs. 28 y 109):
“’De repente hubo un destello como el encendido de una enorme bengala de magnesio’, recuerda Yamaguchi. El joven diseñador de barcos estaba tan bien entrenado en técnicas de prevención de ataques aéreos que reaccionó automáticamente. Se llevó las manos a la cabeza, cubriéndose los ojos con los dedos y tapándose los oídos con los dos pulgares. Simultáneamente, cayó al suelo, boca abajo… ‘Mientras me postraba, se produjo una terrible explosión’… [El lado izquierdo de su rostro y el brazo que miraba hacia la bola de fuego se quemaron, y regresó a Nagasaki, experimentando la segunda explosión nuclear en el sexto piso de la oficina central de Mitsubishi.] Explicando el peligro de los vidrios disparados por los aires, les instó a mantener las ventanas abiertas durante una alerta de ataque aéreo, y en el instante del destello a tomar de inmediato cualquier refugio disponible… la segunda bomba atómica confirmó las palabras del joven Yamaguchi, explotando en una enorme bola de fuego. a una milla (1.7 km) de distancia. La conferencia de Yamaguchi [¡apenas una hora antes!]… no pasó desapercibida para sus colegas. Con las palabras del joven diseñador todavía frescas en sus mentes, saltaron para cubrirse debajo de sus escritorios y mesas. ‘Como resultado’, dijo Yamaguchi, ‘el personal de mi sección sufrió menos en ese edificio. En otros tramos hubo un gran número de heridos graves por los vidrios voladores’”.
Masao Komatsu, de 40 años, fue alcanzado por un rayo que caía en un almacén de Hiroshima y estaba a bordo de un tren en Nagasaki cuando cayó la bomba (Trumbull, p101):
“… el interior del vagón estaba bañado por una luz blanca e intensa. Komatsu inmediatamente se lanzó al suelo. “¡Agáchense!” les gritó a los demás pasajeros. Algunos lograron recuperarse lo suficiente del aturdimiento que les generó de la luz cegadora como para reaccionar con prontitud a su advertencia. Segundos después llegó el estruendo ensordecedor de la explosión, y una onda de choque que quebró y astilló todas las ventanas en ambos lados del tren. Los pasajeros que no se habían zambullido debajo de los asientos fueron acuchillados sin piedad de cintura a cabeza por vidrios que volaban a la velocidad de una bala”.
Si bien las armas nucleares terroristas probablemente serían más pequeñas que la bomba de Hiroshima (15 KT), en un conflicto moderno entre superpotencias actual, las armas nucleares serían más grandes, la mayoría en el rango de 100 KT a 500 KT. La insuperable zona letal ‘zona cero’ de un estallido aéreo nuclear de 500 KT, se extendería a aproximadamente 2.2 millas o (3.5 km). La onda expansiva llegaría a ese marcador de 2.2 millas (3.5 km) aproximadamente ocho segundos después del destello y luego continuaría causando la muerte o lesiones desde allí hasta aproximadamente 9 millas (14 km). Poniendo en grave riesgo entonces más de 15 veces más almas de las que ya se perdieron dentro de ese insuperable radio de zona cero de 2,2 millas (3.5 km). Eso es SI no saben cómo ‘agacharse y cubrirse’ en esos 8 a 20 segundos después del destello y antes de que llegara la onda expansiva. En otras palabras, con un ‘Agáchate y cúbrete’ enseñado y empleado por todos,6
Claramente, el aviso ‘Agáchese y Cúbrase’, ante cualquier destello brillante que aparezca repentinamente, ¡es una buena noticia para salvar vidas que todos debemos aprender y poner en práctica cuánto antes!
También es necesario que se enseñe, que después de la explosión nuclear, no es para nada aconsejable tartar de huir o ganarle el viento nuclear y su la lluvia radioactiva si uno está a favor del viento o a sotavento. Solo funciona si se conoce la dirección del viento, la velocidad y la distancia desde la zona cero y le da a uno suficiente tiempo para escapar de la exposición al aire libre mucho antes de que la lluvia radioactiva llegue a lo largo de la ruta de uno, la cual probablemente se encuentre obstruida por otros cometiendo el mismo error. También debe enseñarse, que refugiarse en un lugar suele ser la mejor opción, ya que la lluvia radioactiva pierde el 90% de su intensidad letal en las primeras siete horas y 99% en dos días o 48 horas. Para aquellos que requieren refugio contra la lluvia radioactiva, la mayoría solo necesitaría dos o tres días de refugio a tiempo completo, no semanas, antes de unirse de manera segura a una evacuación, si es que, para entonces, aún es requerido.
Esas son todavía más buenas noticias, ya que se puede improvisar fácilmente y rápidamente un refugio de lluvia radioactiva eficaz en casa, en la escuela o en el trabajo, pero, nuevamente, solo SI la población es capacitada de antemano sobre cómo hacerlo, como se empezó a hacer en los Estados Unidos en los años 50, 60 y 70 con el ahora extinto programa nacional de Defensa Civil.
“Que los estadounidenses crean que es imposible que aparezca una nube en forma de hongo en Manhattan o en Los Ángeles o en San Antonio o Minneapolis St Paul, están muy equivocados”. — funcionario de EE.UU.
Desafortunadamente, el gobierno de hoy está haciendo poco para promover la preparación nuclear y la instrucción de Defensa Civil entre la población en general. Lamentablemente, la mayoría de nuestros políticos, así como la mayor parte de los ciudadanos, todavía están cautivos y manipulados por las mismas ilusiones que la formación, el entrenamiento, y la preparación de la población civil son ineficaces e inútiles contra una amenaza nuclear. ¡Esto es falso!
El jefe del Departamento de Seguridad Nacional (DHS) de la administración del presidente George W Bush, Michael Chertoff, demostró esta actitud en 2005 cuando respondió a la siguiente pregunta en USA Today;
PREGUNTA: En los últimos cuatro años, el escenario más horrible, un ataque nuclear, puede ser el menos discutido. Si mañana hubiera un ataque nuclear de terroristas en una ciudad estadounidense, ¿cómo se manejaría?
RESPUESTA: En el área de una bomba nuclear, es prevención, prevención, prevención. Si estalla una bomba nuclear, no podrá protegerse contra ella. No existe una ciudad lo suficientemente fuerte en cuanto a infraestructura como para resistir tal impacto. No importa cómo lo aborde, habrá una gran pérdida de vidas.
Chertoff no comprendió que la mayor parte de esa “enorme pérdida de vidas” podría evitarse si los que se encontraban en la zona de la explosión y en la dirección del viento supieran qué hacer de antemano. Solo reconoce que la infraestructura se verá seriamente comprometida- que habría muy pocos socorristas y primeros respondedores acudiendo al llamado. La formación previa de la población en materia de Defensa Civil es claramente la única esperanza para quienes se encuentran en la zona de la explosión y más tarde en la ruta donde caerá la lluvia radioactiva. Por supuesto, el gobierno debe intentar evitar que esto suceda ante nada, pero la respuesta que debió dar a esa pregunta es; “preparación, preparación, preparación” de la población mediante la formación preventiva, para cuando la prevención por parte del gobierno pueda fallar.
“La perspectiva del terrorismo nuclear es la mayor amenaza para la seguridad de Estados Unidos, tanto a corto, mediano como a largo plazo. Esto es algo que podría cambiar el panorama de seguridad de este país y de todo el mundo en los próximos años”. —Barack Hussein Obama- 11 de abril de 2010 Cumbre de Seguridad Nuclear
La administración de Obama tampoco pudo comprender que el mayor multiplicador de fuerza para reducir las bajas potenciales y mejorar en gran medida la efectividad de los socorristas es una población civil previamente capacitada para que haya muchas menos bajas con las que lidiar más adelante. Gastar millones para capacitar y equipar a los socorristas es bueno y necesario, pero tener millones de víctimas menos, al haber también educado y capacitado a la población de antemano, también sería mucho más efectivo para salvar vidas. La administración Trump no hizo nada al respecto, y espero que Biden lo haga mejor, pero el tiempo se agota rápidamente mientras nos acercamos al inevitable escenario de una guerra nuclear entre potencias o que los enemigos de Occidente decidan atacar con bombas nuclear improvisadas, bombas sucias o bombas nucleares no convencionales, crudas, de fabricación casera etc.
“La facilidad de recuperación de un ataque [radiológico] dependería en gran medida de cómo los primeros respondientes, los líderes políticos y los medios de comunicación lo manejaran, todo lo cual ayudaría a moldear la opinión y las reacciones públicas”.— Consejo Nacional de Investigación para hacer la nación más segura (2002)
El gobierno federal necesita lanzar un esfuerzo nacional en los medios de comunicación masivos, apoyado por empresas y un esfuerzo escolar, reemplazando nuestras más ambiciosas campañas de concientización pública como se hace contra el SIDA, abuso de drogas, conducir bajo la influencia de alcohol, anuncios antidrogas o antitabaco, etc. El esfuerzo debe filtrarse a todos los niveles de nuestra sociedad. Seamos claros: estamos hablando del potencial de salvar, o perder innecesariamente, muchas veces más vidas que se pueden salvar gracias a todos estos esfuerzos nobles combinados.
En cambio, Homeland Security (Seguridad Nacional) continúa con un enfoque principalmente en:
- Interdicción: captura de materiales nucleares y terroristas de antemano y…
- Continuidad de Gobierno (COG) y respuesta a víctimas después de un evento en caso de que el #1 les falle.
Mientras que el tercer componente vital clave sigue siendo ignorado en gran medida…
- Continuidad de la Población mientras está sucediendo: a través de la capacitación en Defensa Civil ya probado a través los medios de comunicación masivos antes y no después marcaría la diferencia de sobrevivencia para la gran mayoría de los estadounidenses y residentes fronterizos afectados por un evento nuclear y por su cuenta desde ese primer destello y explosión inicial y a través de esos primeros días críticos donde la amenaza de radiación es mayor, antes de que la respuesta del gobierno haya entrado en vigor.
Este descuido mortal persistirá hasta que esos mitos paralizantes de la imposibilidad de sobreviviencia nuclear sean desterrados por la gran noticia de que un público capacitado y preparado puede, y en una última instancia debe , salvarse a sí mismo. Más capacitación de la población de antemano se traduce en menos bolsas para cadáveres después, es así de simple.
Los trágicos informes posteriores a la acción (After Action Reports – AARs), de una ciudad estadounidense bombardeada hoy, revelarían claramente que la abrumadora mayoría de las víctimas habrían perecido innecesariamente por falta de este conocimiento básico, tan fácil de aprender y poner en acción, y que salva vidas.
Relanzar la capacitación en Defensa Civil es un tema que esperamos y oramos que suceda para que pase a la vanguardia en el escenario político, con ambas partes compitiendo por superarse mutuamente proponiendo programas educativos públicos nacionales de Defensa Civil. No estamos pidiendo miles de millones por albergues públicos aprovisionados en caso de lluvia radioactiva para todos, como los que ya les espera a muchos de nuestros políticos. Lo único que estamos pidiendo es un relanzamiento integral en los medios de comunicación, las empresas y las escuelas de las estrategias prácticas probadas de la instrucción de Defensa Civil, una versión modernizada de lo que se solía tener y que, irónicamente, ha sido adoptado por los chinos, rusos, Suizos e israelíes.
No hay responsabilidad primaria mayor ni más legítima de cualquier gobierno que el proteger a sus ciudadanos. Y no le espera más que una condena mayor a ese gobierno que no lo haga, arriesgando millones y luego pereciendo innecesariamente. Todos necesitamos exigir una capacitación renovada en Defensa Civil pública y los medios de comunicación deben darle cobertura cuestionando a los funcionarios y políticos, hasta que el gobierno corrija esta vulnerabilidad fácilmente evitable pero fatal.
Sin embargo, mientras tanto, no espere a que el gobierno instruya y prepare a su propia familia y comunidad. Edúquese hoy mismo y comience a establecer sus propios preparativos familiares de sobrevivencia nuclear leyendo la guía QUÉ HACER SI UN ATAQUE NUCLEAR ES INMINENTE.
Luego, publica y comparte el enlace a la página https://concienciaradio.com/guia , o comparte este artículo y video de ‘Buenas noticias’ a amigos, vecinos, parientes, compañeros de trabajo, iglesias y organizaciones comunitarias con una breve nota adjunta que diga simplemente: “Esperamos/oramos que nunca necesitemos esto, pero por si acaso, ¡tenlo a la mano! ” Hoy en día, pocos encontrarán ese enfoque alarmista y se sorprenderá gratamente de cuántos están realmente agradecidos.
¡Todos deben enviar copias a sus representantes electos locales, estatales y federales, así como a los socorristas de su propia comunidad y los medios de comunicación locales, todo para ayudar a difundir esta buena noticia que está liberando a las familias estadounidenses y residentes fronterizos de sus mitos paralizantes y potencialmente fatales de la imposibilidad de sobrevivir un ataque nuclear!
En pocas palabras: Podríamos reducir fácilmente en un 90% la letalidad de todos los misiles chinos, rusos, norcoreanos e iraníes, y también de cualquier arma nuclear terrorista, rápidamente ya que la población está capacitada nuevamente en los conceptos básicos de Defensa Civil sobre explosiones y sus consecuencias. Y eso, en sí, ¡es una muy buena noticia!
Tomado e inspirado del texto original de Shane Connor