“Como el mismísimo Diablo” Manifestaciones Neurológicas y Psicológicas de Bartonella

Por Alex Backman | Twitter: @crnalexander | Telegram @alexanderbackman

https://youtube.com/watch?v=Wy0qkcS94K

Gracias al médico veterinario Dr. Edward B Breitschwerdt DMV, Presidente Científico de Galaxy Diagnostics en Carolina del Norte, y profesor de medicina y enfermedades infecciosas de la Universidad de Carolina del Norte (NCSU). Gracias a él y su equipo de trabajo, ahora sabemos mucho más de la bacteria perversa, maldita y cruel llamada Bartonella, un patógeno intracelular mucho peor que la Borrelia (causante de la Enfermedad de Lyme) y que afectó a mi hijo Mario Enrique a sus 17 años de edad en diciembre de 2020 causándole afectaciones importantes a su cerebro y sistema nervioso, así como y otras partes de su cuerpo.

El Dr. Breitschwerdt es profesor de medicina interna en el Departamento de Ciencias Clínicas y director del Laboratorio de Investigación de Patógenos Intracelulares de CVM, se encuentra entre los principales expertos mundiales en Bartonella, una bacteria que se mantiene en la naturaleza por pulgas, garrapatas y una amplia gama de otros insectos, nos recuerda que también puede ser transmitido por perros y gatos infectados.

Mientras más indago más me indigno con la comunidad médica mexicana.

A pesar de que he presentado el trabajo de investigación de Breitschwerdt ante los “especialistas” médicos que han visto a mi Mario, infectólogos y neurólogos, estos simplemente no quieren aceptar lo obvio, que Mario está infectado a pesar de no mostrar “una infección activa” como dicen ellos.

Esta conclusión prematura a la que llegan, creyéndose los mandamases y sumos sacerdotes de la medicina clínica, pone en riesgo a cualquier persona que confía ciegamente en ellos para que le diagnostiquen correctamente una enfermedad—una obligación a la que están sujetos bajo juramento— y la traten en beneficio de la salud del paciente. Pero ese no es el caso cuando evaden “casos complejos” porque pone en riesgo su capacidad y estatus como doctores, y, por ende, su nivel salarial y respetabilidad académica. Pero lo que más expone es su incapacidad clínica y diagnóstica como profesionales de la salud.

Es frustrante para mí, como padre, tener que debatir con estos ‘ángeles (caídos) de la salud’ sin éxito alguno después de compartirles lo que he descubierto sobre el comportamiento de esta bacteria peligrosa y cómo tiene la capacidad de invadir el cuerpo, el cerebro, el sistema nervioso, el sistema endotelial, el corazón, el bazo, el hígado, los huesos, el sistema linfático, los ojos, los genitales, la piel, el sistema cardiovascular etc.

Pero, qué debo esperar de médicos mexicanos de quinta que salen de la carrera con una finalidad: hacer dinero y avanzar su estatus social.

“Como el mismísimo Diablo”

Como un invasor alienígena diabólico, la Bartonella invade el sistema inmune del huésped, lo subvierte, y lo modula. Literalmente se apodera del huésped- ¡digno de una novela y película de terror para el genre de Stephen King! Ya lo veo el título del libro: Bartonella: el diablo en nosotros.

Les comparto en este artículo un resumen de un formidable estudio académico revisado por pares, donde el Dr. Edward Breitschwerdt aborda el compendio de múltiples casos médicos de Bartonella con afectación neurológica, o, mejor dicho, que tuvieron neurobartonellosis. Titulado Neurological Manifestations of Bartonellosis in Immunocompetent Patients: A Composite of Reports from 2005–2012 (Manifestaciones neurológicas de la bartonelosis en pacientes inmunocompetentes: una combinación de informes de 2005 a 2012), Breitschwerdt y sus colegas exponen un cúmulo de afectaciones cuando la Bartonella ataca el cerebro y el Sistema Nervioso Central (SNC).

Nota: Misteriosamente, desde que publiqué sobre le caso de Bartonella y empecé a citar este estudio, la liga directa indica que el archivo o entrada ya no existe. Gracias a DIos guardé el PDF y lo subiré al servidor de CR para su descarga directa.

Actualización: Ya regresó el documento y está disponible.

Las enlisto a continuación:

Enfermedades descritas:

  • Afasia expresiva recurrente en joven adolescente de 15 años de edad.
  • Encefalitis letárgica en jovencita de 16 años de edad.
  • Encefalopatía en niña de 9 años de edad durante la administración de antibióticos.
  • Encefalopatía fatal en niño de 6 años de edad.
  • Mielitis transversa en hombre de 46 años de edad.
  • Mielitis transversa en joven de 13 años de edad.
  • Afasia expresiva en hombre de 59 años de edad.
  • Enfermedad parecida a esclerosis múltiple en hombre de 27 años de edad
  • Enfermedad psiquiátrica en hombre de 41 años de edad.
  • Meningitis en una mujer de 47 años de edad.
  • Dolores de cabeza e insomnio en niña de 7 años de edad.
  • Alucinaciones y defectos visuales en jovencita de 18 años de edad.

En esta revisión de las afectaciones que provoca la Bartonella al SNC, Breitschwerdt y sus colegas, Sonntake y Hopkins remarcan que la Bartonella afecta a cualquier persona sin importar edad o género.

La Bartonella es sigilosa, tanto así, que es considerada en inglés como un “stealth pathogen”. ‘Stealth’ se refiere a que opera sin ser detectada. Se esconde adentro de las células. Tiene la capacidad de cambiar su apariencia para evitar que el sistema inmune, en el caso cerebral, compuesto de macrófagos y células microgliales (microglía), la detecten y la devoren en un proceso llamado fagocitosis. Tan solo a nivel cerebral, esto sin contar el resto de las células del cuerpo, la Bartonella infecta cuatro tipos de células.

En el caso del cerebro, puede transportarse y traspasar, la antes pensada impenetrable, barrera hematoencefálica, o Blood Brain Barrier (BBB) en inglés, metiéndose a las células endoteliales o también los pericitos.

Como un “Caballo de Troya”, Breitschwerdt describe que, “La Bartonella también puede migrar al SNC vía los macrófagos. O, una vez que ingresa al SNC basado en publicaciones que hemos hecho en infección e inmunidad hace unos años, la Bartonella puede provocar una infección persistente en las células microgliales de por lo menos seis semanas.”

Peor aún, la Bartonella, por ser una bacteria pequeñísima, llamada gramnegativa, casi del tamaño de un virus, invade y vive en las células. Puede habitar y transportarse en los eritrocitos o glóbulos rojos.

“Es importante reconocer que, a diferencia de otras bacterias patogénicas transmitidas por vectores, la Bartonella puede infectar a un número de células dentro del cuerpo y puede persistir como un organismo intracelular adentro de dichas células”, indica Breitschwerdt.

Breitschwerdt indica que la Bartonella puede evadir el sistema inmune por medio de su lipopolisacárido (Bh LPS) y así lograr su sobrevivencia intracelular describiéndola como “altamente efectiva para evitar la inflamación similar a los corticoesteroides.”

Casi parece ser diseñada la operabilidad y sigilosidad de la Bartonella. Breitschwerdt agrega que el patógeno puede, por medio de su membrana de adhesión externa, “cambiar su estructura externa para evitar ser reconocida por el sistema inmune.”

Parece que la Bartonella es inteligente y nos estudió para lograr ser efectiva en su invasión y colonización de nuestro sistema biológico, o, fue diseñada como tal por el científico NAZI hecho estadounidense, Erich Traub, para convertir este y otros patógenos (Lyme- Borrelia, Erlichea, Rickettsia etc.) en un arma biológica de destrucción masiva inyectándola en garrapatas y pulgas en Fort Dietrich y en Plum Island en los 50s y 60s pasar después dispersarlas en todo Norteamérica en campañas aéreas. ¿La finalidad? Estudiarla entre nosotros.

Yo me suscribo a esta última.

Aún más siniestra, Breitschwerdt revela que la Bartonella puede evitar la apoptosis o muerte de la célula que habita facilitando así la formación de tumores vasculares. Esto lo hace a través de su sistema de secreción donde le facilita su ingreso a las células. Es a través de estas secreciones que puede inducir la activación de células inmunitarias STAT3 para regular y bajar la inflamación de necrosis tumoral (TNF-alfa) y promover una respuesta antiinflamatoria IL-10.

Como dice el libro de Proverbios 30:17, “El ojo es la ventana al alma”, la Bartonella lo sabe y también infecta el ojo inflamando el nervio óptico. Esto se llama nueroretinitis. La causa principal de nueroretinitis es la Bartonella o Enfermedad de Arañazo de Gato (CSD por sus siglas en inglés).

De este compendio de casos, Breitschwerdt indica que, debido a que los laboratorios no buscan más variantes y sub especies de Bartonella, los resultados salen negativos en muchos de los casos y por lo tanto se descarta que los pacientes infectados pueden tener Bartonella.

Las especies de Bartonella siguen expandiéndose mientras los laboratorios siguen estancados y cobrando exámenes costosísimos que salen negativos en muchos casos, especialmente si no están buscando las 21 especies que infectan a humanos de las más de 40 especies que ahora existen (2021) de este parásito.

Reitero, de tres especies de Bartonella que se conocían en 1990 ahora hay más de 40, de las cuales 20 infectan a humanos, y 15 infectan a mamíferos como perros y gatos.

Hoy terminé de fumigar afuera de mi casa, mi jardín, el perímetro del terreno y el techo. La razón, para proteger a mi familia de bacterias malditas como la Bartonella. Sugiero que tú hagas lo mismo.

De los casos de Bartonella con afecciones presentados en el estudio, destacan: pérdida de peso, insomnio, pérdida de la memoria, dolores de cabeza, irritabilidad, dolor muscular y de coyunturas.

Hay familias completas afectadas de Bartonella. Tal es el caso de un niño que fue diagnosticado con trastorno de Guillaine Barré. Esta familia vivía en un apartamento en Kentucky. Tras una inundación, la propiedad se infestó de cochinillas y la araña que las caza, Dysdera crocata en el hogar. Ambos insectos tenían Bartonella. Hay más insectos que la pulga o garrapata que transmite Bartonella.

¿Disfunción Neuropsiquiátrica por Bartonella?

Si sufres de depresión, tienes ataques de pánico, sufres de trastorno de obsesión compulsiva (TOC), neuroticismo, psicosis, trastorno explosivo intermitente, trastorno de personalidad, fobias, esquizofrenia, enfermedad de Alzheimer, abuso de sustancias, labilidad emocional, o PANS, puede ser que tengas Bartonella.

Hay muchísimos casos potenciales de Neurobartonella que han sido maldiagnosticados y que son tratados por alguna de las afectaciones neuropsiquiátricas antes mencionadas.

Tal es el caso importantísimo de un joven de 14 años de edad que desarrolló PANS debido a la Bartonella. PANS se refiere al Síndrome Pediátrico Neuropsiquiátrico Agudo, una forma de respuesta autoinmune que el cerebro crea en respuesta a un invasor patogénico como el estreptococo (PANDAS) o, en este caso, Bartonella.

El joven tuvo un cambio de comportamiento repentino. Se tornó psicótico. Sufría de alucinaciones, delirio, ideas de suicidio e ideación homicida.

Su caso llegó a portadas de noticias internacionales como el New York Post para la vergüenza de la comunidad médica que lo maldiagnosticó y lo remitió a una institución psiquiátrica donde permaneció 18 meses siendo dopado con todas las medicinas antipsicóticas e inmunosupresores imaginables para tratar lo que creían ser una encefalitis autoinmune. El enfermo, más bien víctima del cartel medico-fármaco-industrial, no mostró ninguna mejoría.

Huellas de Bartonella

No fue hasta que una de las enfermeras notó una serie de estrías en el muslo izquierdo y en la axila derecha del joven mientras ella le hacía una revisión previa a su revisión física. Notó una serie de estrías que se conocen como huellas de Bartonella. ¡Mi hijo Mario también las tiene en su espalda lumbar! Nosotros pensábamos que eran lesiones después de estar encamado toda una semana para evitar que le pusieran un parche hemático en el lugar de la fuga de su líquido cerebral provocada por el neurólogo pediátrico.

Espalda de joven de 14 donde se muestran huellas o marcas en forma de estrias provocadas por Bartonella.

Comparativa de este joven de 14 (A y B) con Bartonella y abajo las fotos de la espalda de Mario Enrique.

Le hicieron pruebas de sangre a este otro joven y dio positivo por Bartonella. Se le trató con una combinación de antibióticos de manera prolongada (6 meses) y se recuperó totalmente. Regresó a la escuela para sacar perfectas calificaciones y graduarse como el mejor alumno de su generación.

Sabes, simpatizo y compadezco tanto, pero tanto, a esta familia por lo que sufrió con su hijo infectado por Bartonella. Sé la locura que vivieron. Sé lo que es ir con ‘especialistas’ y confiar ciegamente en ellos pensando que son ‘expertos’ en su área y que pueden dar con un diagnóstico preciso y tratar la enfermedad para solo darme cuenta que fallaron, que maldiagnosticaron una y otra vez mientras te sacan dinero y más dinero en pruebas de laboratorio, exámenes, estudios, medicinas, viajes, hospitales, cirugías, horas de desvelo, ruptura familiar, que tu vida sea volteada de cabeza, etc. Sé lo que es ver a tu hijo sufrir. Sé lo que es verlo retorcerse de cara, cuerpo, lengua, ojos y extremidades. Y sé lo desesperante que es que los ‘médicos’ no escuchen las peticiones de este padre de familia e hijo de Dios al mostrarles el caso de este joven de 14 años cuyo caso se resolvió satisfactoriamente.

La familia afectada sufrió y pagó un precio sustancial tanto emocional, social y monetario. Tan solo en intervenciones médicas y tratamientos inservibles gastaron $ 400 mil dólares. Esto antes de dar con el diagnóstico de Bartonella henselae en su cerebro.

A diferencia de este caso, yo, el papá de Mario Enrique, y no la infectóloga pediatria o el neurólogo pediatra, fue el que dio con el diagnóstico de mi hijo. Fui yo el que halló la maldita Bartonella en su cerebro vía la prueba PCR de su líquido cefalorraquídeo (LCR). Lo que el neurólogo hizo fue causarle una lesión lumbar en su médula que le ocasionó una fuga de su fluido espinal por negligencia médica. Fue este neurólogo que ya me había referido a Mario a un psiquiátrico para que le dieran ‘terapia’ de electroshocks y lo dopara con Risperidona. Y claro, darle un medicamento que provoca, según el psiquiatra estadounidense, a quien respeto y admiro enormemente, el Dr. Peter Breggin, quien cataloga el Risperidona y demás medicamentos antipsicóticos o antidepresivos como causantes de lobotomías inducidas químicamente.

¿Me consideran un ignoramus? Ya veremos quién tiene la razón señores doctores. Esto apenas comienza entre ustedes y este adversario que ustedes han creado.

Conclusión

Parece más que evidente que las infecciones con especies de Bartonella spp son una causa importante de enfermedades neurológicas y neuropsiquiátricas. Es lamentable que nuestro entendimiento de la neuropatogénesis de las bartonelosis es mínima y carente de detalles. Falta mejorar y ampliar las pruebas diagnósticas de laboratorio vía PCR para que se incluyan las especies cuando menos 21 especies adicionales que afectan al humano y las 15 que afectan a animales.

Los vectores de transmisión de Bartonella no son solo por un arañazo de un gato sino incluyen piquete de artrópodos (garrapatas), liendres, piojos, arañas, cochinillas, moscos, saliva de perro y gato.

Referencias

  1. Neurological Manifestations of Bartonellosis in Immunocompetent Patients: A Composite of Reports from 2005–2012 (Manifestaciones neurológicas de la bartonelosis en pacientes inmunocompetentes: una combinación de informes de 2005 a 2012) EB Breitschwerdt S. Sontakke y S. Hopkins
     https://www.omicsonline.org/open-access/neurological-manifestations-of-bartonellosis-in-immunocompetent-patients-a-composite-of-reports-from-2314-7326-3-124.php?aid=15914
  2. Bartonella henselae Bloodstream Infection in a Boy with Pediatric Acute-Onset Neuropsychiatric Syndrome
    https://www.researchgate.net/publication/331838156_Bartonella_henselae_Bloodstream_Infection_in_a_Boy_With_Pediatric_Acute-Onset_Neuropsychiatric_Syndrome
  3. Breggin (2016). Rational Principles of Psychopharmacology for Therapists, Healthcare Providers and Clients. Journal of Contemporary Psychotherapy https://breggin.com/article-detail/post_detail/dr-breggins-best-overview-critique-of-psychiatric-drugs

 

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